sábado, 18 de enero de 2014

Reseña de 'Si c'était à refaire' de Marc Levy


Marc Levy nos propone en su nueva novela Si c'était à refaire (Robert Laffont, 2012) un viaje a Nueva York y Argentina a través del personaje de Andrew Stillman, que trabaja como periodista en The New York Times. Su vida cambiará una mañana tras ser apuñalado mientras hace jogging a las orillas del Hudson. Al despertar, ha recuperado el conocimiento y descubre con asombro que no está muerto, sino que ha retrocedido en el tiempo sesenta y dos días antes de la fatídica fecha. El protagonista se ve inmerso en una carrera contra reloj para descubrir al asesino e intentar parar el crimen. También seremos conocedores de sus últimos reportajes, así como del último encargo de su jefa Olivia Stern que le llevará hasta Argentina para investigar al general Ortiz, que pudo participar en los vuelos de la muerte durante la dictadura militar que gobernó Argetina entre los años 1976 y 1983.

El autor francés logra mantener el interés del lector a lo largo de toda la novela, puesto que hace parecer sospechoso a todo el entorno de Stillman. ¿Quién puede ser el culpable de ese apuñalamiento? Nadie está libre de sospecha, ni su prometida Valérie, ni por supuesto tampoco lo hace su compañero de trabajo Freddy Olson, que siente una animadversión no disimulada hacia él.

El amor a Nueva York de Marc Levy
El autor de Y si fuera cierto muestra en la novela el profundo cariño que tiene a la ciudad de los rascacielos, en la que ha vivido y por la que siente una gran pasión. En Si c'était à refaire, Nueva York es más que un escenario. La ciudad que nunca duerme se convierte casi en un personaje más dentro de la novela y es que Andrew Stillman es un enamorado de su ciudad y sobre todo de su barrio, el Greenwich Village, el que se resiste a abandonar. Cuando su prometida Valérie, residente en el East Village, le habla de cambiar de barrio poniéndole el ejemplo de que los artistas han dejado Manhattan para instalarse en Williamsburg (Brooklyn), esta es su respuesta:
"Dylan, Hendrix, Streisand, Peter, Paul & Mary, Simon & Garfunkel, Joan Baez, todos han   debutado en el Village, en los bares de mi barrio, ¿no es esa una razón suficiente para querer vivir aquí?"
Una recomendación a la hora de leer la novela es tener bien a mano un mapa de Manhattan para ir localizando los lugares que frecuenta Stillman, acompañado en muchas ocasiones por su buen amigo Simon y por Pilguez, el inspector de policía retirado. Al mismo tiempo que seguimos las idas y venidas de los protagonistas, podemos descubrir interesantes lugares que visitar en la Gran Manzana en Greenwich Village, East Village, el Soho o TriBeCa, por ejemplo.

Una mirada a la historia argentina
Una de las cualidades más notables de Marc Levy es la pasión que contagia de los lugares que retrata. Si en su novela anterior La química secreta de los encuentros (Planeta, 2012), nos dieron ganas de presentarnos en Estambul para seguir los pasos de Alice e Ethan, en Si c'était à refaire nada apetece más que hacer las maletas y recorrer los lugares por los que transita Stillman. Como anteriormente comentaba, uno de esos lugares en Nueva York y el otro es Buenos Aires. Hasta la capital de Argentina tendrá que desplazarse el protagonista de la novela para llevar a cabo su investigación, que no será tarea fácil. Así podemos seguir sus pasos, por ejemplo, por el barrio de la Recoleta, guiado por la argentina Marisa, que será de gran ayuda durante su estancia en el país del Cono Sur.

La novela vuelve la vista atrás y recupera uno de los capítulos más negros de la historia reciente argentina. La dictadura militar empleó el terrorismo de estado para acabar con los llamados subversivos por medio del secuestro, la tortura y el asesinato. Levy nos recuerda estos años, así como las leyes -de Punto Final, Obediencia Debida y los indultos de Carlos Menem- que permitieron que la mayoría de los represores quedasen impunes. Décadas más tarde, las dos leyes serían derogadas. La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), los Montoneros y Rodolfo Walsh son algunos de los protagonistas de esa época que también aparecen reflejados en Si c'était à refaire. Además, la novela puede servir para que el lector profundice en el conocimiento de la historia argentina y descubra, por ejemplo, al autor de Operación Masacre.

En resumen, estamos ante una novela muy recomendable, que engancha y que mantiene con maestría el suspense hasta el final. Gustará a muchos, pero sobre todo, hará las delicias de aquellos que adoran Nueva York y también de los periodistas, que seguirán a Stillman durante la investigación de sus artículos y también constatarán las consecuencias que puede acarrearles un reportaje de investigación. Las aventuras de Stillman no acaban con este libro, sino que continúan en Un sentiment plus fort que la peur (Robert Laffont, 2013). 

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